Gasolina y diésel podrían subir 45 céntimos por litro en 2027

El nuevo régimen europeo que encarecerá los combustibles

Los conductores españoles afrontan una preocupante realidad: el precio de los combustibles, que ya ha experimentado importantes aumentos en los últimos años, continuará su tendencia alcista. El motivo principal de esta nueva subida será la entrada en vigor del nuevo régimen europeo de comercio de derechos de emisión (RCDE2), previsto para enero de 2027.

Esta normativa, que forma parte del paquete climático europeo Fit for 55, extenderá al transporte por carretera y a los edificios una obligación que ya se aplica a otros sectores como la industria eléctrica, el sector electrointensivo, la aviación comercial y el transporte marítimo. Su objetivo es ambicioso: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 62% respecto a los niveles de 2005 antes de que finalice esta década.

A diferencia del sistema actual, el nuevo impuesto no se aplicará directamente al consumidor final, sino que recaerá sobre los distribuidores y comercializadoras de combustibles, que deberán adquirir derechos en función del volumen de sus ventas. Sin embargo, como era de esperar, este sobrecoste acabará trasladándose al precio final de la gasolina, el gasóleo y otros combustibles utilizados para calefacción, impactando directamente en el bolsillo de los ciudadanos.

Un impacto económico significativo

Las previsiones del sector no son nada halagüeñas. Se espera un incremento de entre 25 y 45 céntimos por cada litro de combustible, lo que representa una subida de hasta un 30% respecto a los precios actuales. Aunque las empresas distribuidoras mantienen estimaciones más moderadas, entre 15 y 25 céntimos por litro, el impacto seguirá siendo considerable para la economía doméstica.

La relevancia de este cambio ha llevado al Banco de España a incluirlo en sus proyecciones económicas. Según sus cálculos, la entrada en vigor del RCDE2 añadirá siete décimas a la inflación en 2027, que pasaría del 1,7% previsto inicialmente al 2,4%.

El Ministerio para la Transición Ecológica ha confirmado que el nuevo esquema abarcará tanto al transporte por carretera como a los edificios residenciales y comerciales. Por su parte, la Comisión Europea defiende esta medida como una herramienta „esencial“ para lograr la neutralidad climática a mediados de siglo.

Para España, este cambio normativo tendrá consecuencias contradictorias: si bien podría contribuir a reducir las emisiones contaminantes, también encarecerá significativamente sectores clave como el transporte, la vivienda y el consumo en general. Este impacto será especialmente relevante considerando que el transporte por carretera constituye la columna vertebral del sistema logístico nacional.

Alternativas para reducir el gasto en combustible

Ante este panorama, muchos conductores ya están buscando alternativas para reducir sus gastos en combustible. Una opción, aunque no siempre la más práctica, es desplazarse hasta las gasolineras con precios más económicos en cada provincia. Sin embargo, existe una alternativa cada vez más popular: las gasolineras low cost.

Estas estaciones de servicio consiguen ofrecer precios más competitivos al reducir costes operativos, principalmente prescindiendo de personal y de servicios complementarios. El combustible que suministran proviene de los mismos distribuidores que abastecen a las gasolineras convencionales, aunque generalmente contienen menos aditivos específicos.

La diferencia de precio puede ser sustancial, llegando a ser hasta 30 céntimos por litro más baratas que las estaciones tradicionales. Tanto las gasolineras low cost como las convencionales están obligadas a cumplir con la normativa europea sobre calidad del combustible, aunque las tradicionales suelen incluir aditivos adicionales que favorecen el mantenimiento del motor a largo plazo.

Es importante destacar que al repostar en una estación low cost se renuncia a ciertos servicios adicionales, como tiendas donde comprar alimentos o bebidas, o la posibilidad de tomar un café durante la parada. Los expertos recomiendan alternar entre ambos tipos de gasolineras para equilibrar ahorro y cuidado del vehículo.

Sin embargo, esta alternativa no es adecuada para todos los conductores. Los vehículos con motores de alto rendimiento suelen requerir combustibles de mayor calidad, lo que hace necesario acudir a gasolineras convencionales. Del mismo modo, los camiones y otros vehículos de gran tamaño pueden encontrar dificultades prácticas en estas estaciones, ya que muchas no disponen de surtidores adaptados a sus dimensiones.